Si sientes que todo perdió su sentido, siempre habrá un 'te quiero', siempre habrá un amigo.

Todos, o casi todos, los alumnos de primero de periodismo saben quién es Fran Esteva, desde los rebeldes de aula 6 hasta las reporteras cotillas de Gossip Journalist. Podríamos decir que este chico tiene magnificas y diversas cualidades que lo hacen grande y que cualquiera podría desear para sí.

Es un tío popular…

Siempre es partícipe de todas las locuras…

Por no mencionar que es un neoguayista…

Pero Fran es, primero y ante todo, nuestro amigo.

Es de esa clase de personas a las que te encuentras un lunes por la mañana a las 7 y media con las pilas cargadas y una gran sonrisa en la cara, capaz de contarte la película de Rec entera en un viaje de 3 cuartos de hora. Podría tirarse dos horas en el baño arreglándose su preciada cresta si le dejaran, porque es un tío elegante. Es, además, uno de esos pocos caballeros que quedan, que van abriendo puertas y te llevan la mochila cuando te pesa. Es alguien sincero, desenfadado, divertido, alguien con quien, en definitiva, es imposible aburrirse. Pero no es sólo por eso por lo que se le quiere.

Se le aprecia porque es capaz de quedarse escuchando, en silencio, meditando cada una de las paranoias y tonterías que se te pasan por la cabeza, gracias, sobre todo, a su carácter amable y desinteresado. Es el que, cuando te sientes mal siempre te echa una mano para apoyarte y te ofrece consejos sin pedirlo. Y, cuando te pierdes y no tienes ni idea de en qué mundo vives, está ahí para darte un toque la noche anterior e informarte de a qué hora tienes las prácticas, porque él está en todo.

Por estas, y por mil razones más que no cabrían en una sola entrada, es por lo que le hemos elegido. Y sólo nos queda decirle que continúe así, día a día, formando parte de nuestras vidas. Porque sin él, estas no serían lo mismo.

No cambies nunca Chico del tren =)